La primera alianza del hombre fue con el fuego y la segunda gran alianza fue con el caballo. Le puso alas, acortó distancias, lo hizo caballero, lo aventuró, voló sobre el sedentarismo, lo hizo conquistador, saltador y justiciero.
Médicos, tranvías, panaderos, lecheros, mendigos, arrieros, todo a caballo. Hoy en día, en un mundo moderno donde máquinas e inventos se multiplican incesantemente, casi no se utiliza como medio de transporte, pero cada vez más personas se suman a la práctica deportiva de la Equitación.
El arte ecuestre es antiquísimo, tanto que el primer tratado que se conoce, fue escrito por Jenofonte 400 años A.C., el cual mantiene información vigente.
La sociedad, en estos momentos, a tomado un ritmo diferente al del aprendizaje del caballo es por esto que van quedando menos jinetes con el tacto y la paciencia suficiente para llegar al objetivo propuesto.
Con esto quiero decir que la información está, sólo hay que subir uno a uno los peldaños para hacer de la equitación un arte.
RZ
Antecedentes
Desde su más tierna infancia estuvo rodeado de caballos, con apenas dos años de edad montaba de la mano de su tío Ariel Zelko (Criador de Caballos Criollos, 11 veces finalista de rodeo). A los 6 años disfrutaba de salir con un grupo de encargados de la ganadería de un campo vecino al que arrendaba su abuelo, donde lo pasaban curando terneros, arreando y apartando hacienda. Ya desde ese momento sentía gran admiración por los jinetes camperos que sin ningún tipo de formación académica lograban hacer de un potro un placentero caballo de trabajo.
A los 10 años su tío le permitió iniciar la doma de tres potras de raza criolla. A partir de ahí su obsesión por tener buenos resultados en la doma no se detuvo.
En 1995 viajó a Lujan a una cabaña de caballos criollos donde conoce a Coteco Aguirre, un gran jinete chileno ganador de numerosos concursos de rienda, adiestramiento y salto. Aguirre le transmite una manera natural de iniciar potros y su posterior entrenamiento, método que adopta sin dudar. Paralelamente a esto e influenciado por el Dr. Luis Amestoi, se despierta su incesante afición a los libros y tratados de adiestramiento clásico.
En el año 2005 comienza a trabajar en un campo ganadero en la Ciudad de Rufino, donde estuvo abocado a la ganadería y la doma de caballos para deporte. Al año siguiente viaja a la ciudad de Buenos Aires para estudiar en la Escuela de Herradores perteneciente a la UBA, formándose como herrador.
Actualmente reside en Esperanza, su ciudad natal, y se dedica al herrado, doma y entrenamiento de caballos.
Contacto
Ramiro Zelko 03496 15501994 Esperanza - Santa Fe ramirozelko@hotmail.com
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